BEM (vem) VINDO





ENTRE SEM BATER, TIRE OS SAPATOS E TRAGA ALGUMAS MOEDAS



sexta-feira, 10 de junho de 2011

HÁ QUEM PROCURA...



E ali dentro está a vontade que não morre. Quem conhece os mistérios da vontade, bem como vigor? Porque Deus é apenas uma grande vontade, penetrando todas as coisas pela qualidade de sua aplicação. O homem não se submete aos anjos nem se rende inteiramente à morte, a não ser pela fraqueza de sua débil vontade.

Joseph GLANVILL
 

Um comentário:

  1. Cuando mi cuerpo y mi cabeza

    Cuando mi cuerpo y mi cabeza
    empezaron a arder y a hacer incendios,
    mi madre, como un bombero enloquecido
    me perseguía por toda la casa.

    Apuntaba hacia mí, implacable,
    el potente chorro de su miedo
    y trataba de tumbarme.

    Así crecí.

    Mi padre fue distinto.

    Defendió ante mí, por igual, y con igual vehemencia y convicción
    las ventajas del hielo y el fuego.

    Cuando mis incendios llegaban
    a su máximo punto de fusión
    se apartaba, discreto.

    Si fracasaban,
    me sugería nuevos sitios.
    Me daba claves sobre algunos incendios que él había
    hecho propios.
    Me hablaba de las maravillas de la sombra
    o me traía fósforos.

    Si estaba lejos, mandaba largas cartas,
    celebrando la vida, la palabra,
    nuestra común piromanía.

    Y siempre agregaba esta postdata:
    'Anabel, el dólar es estrictamente para helados
    o fósforos'.

    Cuando mi padre temía por mi seguridad
    - y debió temer, pues conocía no sólo mi gusto por el fuego
    sino mi propensión a las quemaduras -
    lo hacía solo, en su casa.

    Mi madre, criada en San Benito, residente
    del purgatorio,
    hermosa
    como un reguero de mandarinas
    cuando no estaba de turno,
    con su risa de cerezos y pájaro en sus días libres,
    al morir me amó por encima de todas las cosas:
    No permitió que yo heredara su manguera.
    La devolvió a su familia,
    a la casa de donde era intacta.

    Mi padre, al morir hace tres años, siguió muriendo.
    Logró tan difícilmente morir, que incluso
    desde entonces
    ha salido ileso de algunos atentados.

    Amaba tanto la vida. Era tan vigoroso
    frente al frío.
    Era tan rico en incendios.

    ANABEL TORRES
    Bogotá, 1948

    ResponderExcluir

obrigada por me ler. SEJA SEMPRE.